En un principio se creía que el azúcar era una especie dotada de virtudes medicinales y la vendían exclusivamente los boticarios hasta el siglo XVIII. Era un producto caro y era prestigioso usarla para sustituir la miel. A finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, empezaron los primeros rumores "sacarófobos". Se decía que en dosis altas era perjudicial para la salud. Se le responsabilizó de provocar la tuberculósis y la gran peste de Londres en 1666. Finalmente perdió su reinado cuando se le atribuyó y responsabilizó de una nueva enfermedad, la diabetes.